Infinito amor que me colma y desborda,
creces de mi ilusión, de mi pasión y devoción.
Rebosas en mi cuerpo y en mi corazón, como una gota de universo sumergida en todo lo que soy.
Preciosa dádiva, esperanza, consuelo divino, bálsamo del cielo, yo soy tu nido.
Soy guardiana de tu risa, de tus dones y talentos, sustento que dirige tu alma a la verdad.
Me haré canción y caricia para aliviarte del dolor de una caída, pero también seré la fuerte marea que impulse de nuevo tu barco aventurero a superar el miedo.
Te daré recuerdos luminosos y tibios
para cuando todo parezca frialdad y oscuridad.
Con cada día se vuelve realidad
el maravilloso momento en el que me llames mamá.
Carolina Massa.
Hermoso poema.
ResponderEliminarGracias mamá, cualquier cosa que hago la ves hermosa.
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