Si
estás pasando por una situación de enfermedad o si tienes un
familiar enfermo, es importante que conozcas todo lo que hay
comprometido en el proceso para poder entender y saber actuar frente
a esta circunstancia.
La
enfermedad es un proceso biológico que afecta funcionalmente a la
persona, además de físicamente, influye en lo psicológico y lo
social. La organización mundial de la salud define la salud
como: ”aquel estado de bienestar
físico, psíquico y social, y no sólo como la ausencia de
enfermedad.” por que desde lo
psicológico se experimenta el dolor y el sufrimiento y en la
dimensión social está el aspecto incapacitante de la enfermedad.
La
psicología médica se interesa por la reciprocidad que existe entre
los procesos mentales y salud fisiológica que incluye todos los
aspectos involucrados desde que la persona enferma, su proceso de
recuperación y adaptación a la enfermedad. La salud y la enfermedad
son atributos de la persona en su totalidad es un acontecimiento
personal donde un individuo queda instalado.
Engel
(1980) propuso un modelo biopsicosocial que tiene en cuenta estas
tres dimensiones de la persona al enfermar para afrontar su
recuperación y promover la salud a largo plazo.
El
enfermar conduce a la persona a una situación desconocida y
desconcertante. Hay reacciones emocionales influidas por la
personalidad del paciente, edad, tipo de enfermedad, su red de apoyo
(familia y amigos), el hospital e incluso la personalidad del médico
que le trata y demás profesionales de la salud.
En
la personalidad estarán involucrados los mecanismos de defensa
psicológicos de cada individuo, en el caso de las personas
dependientes tienden a caer en estados regresivos del desarrollo
“como niños” que hay que hacerles todo. Si por el contrario son
personas muy independientes puede que se pongan en riesgo actuando en
la negación de la gravedad de la enfermedad, saboteando el
tratamiento y no admiten la necesidad de adherirse a las
recomendaciones del nuevo estilo de vida que les proveerá mejoría.
Hay
trastornos de la personalidad que interfieren con el proceso de
recuperación, lo que incrementa las estancias y uso de los servicios
médicos. Esto conlleva a problemas por actitudes inadecuadas y
exigencias infundadas que van deteriorando las relaciones entre el
médico y el paciente.
Por
otro lado se ha establecido que el factor de la edad interviene en el
afrontamiento. Pacientes adulto-jóvenes tienden a reaccionar con
resentimiento e incredulidad ante la enfermedad, mientras que las
personas mayores lo aceptan mejor.
El
tipo de enfermedad influye en los miedos, por ejemplo una enfermedad
del corazón dispara la ansiedad por el temor constante a morir. En
general la ansiedad y el miedo a la soledad o al abandono hacen parte
del proceso de cualquier enfermedad varía la intensidad de acuerdo a
la gravedad de la misma. También la culpa se hace presente en
pacientes con enfermedades que tienen un estigma social.
La
dinámica familiar y los amigos pueden afectar al enfermo en su
comportamiento, dependerá de la fortaleza personal con la que se
asume al enfermo y esta se transmite.
Los
mecanismos de defensa que pueden manifestarse en la enfermedad son
los siguientes: como lo mencioné anteriormente la "regresión" es
cuando el individuo abandona su independencia y determinación,
volviéndose poco cooperativo. Los mecanismos de defensa tienen una
función adaptativa, en el caso de la regresión busca que el
paciente se acoja a los cuidados del médico cooperando y confiando.
El problema en este mecanismo es cuando la persona renuncia a valerse
por si mismo.
La "evasión" es
otro mecanismo en donde se rechaza la realidad por la creación de
una fantasía donde la persona busca realizar sus deseos que no ha
podido satisfacer por los acontecimientos frustrantes y optan por
construir una segunda vida irreal frente a su situación que
finalmente producirá una desorganización progresiva del mundo y de
la personalidad cada vez más irreversible.
Otra
manifestación es la "agresión" a
través de la "proyección" de
sus sentimientos de frustración en el cuidador y médico reclamando
no sentirse atendido con "calidad y compromiso".
La
persona también puede "culparse
por ser una carga" tratando
de aislarse. El riesgo en estos casos es la depresión profunda que
puede terminar en suicidio.
Un
enfermo crónico genera tensiones en la familia, confusión, desanimo
y también culpa en los familiares respecto de los cuidados que
brindan.
Otros
aspectos que hay que tener en cuenta son: "La
necesidad de seguridad" se
intensifica debido a la prolongación del estado del enfermo
dependiendo cada vez más de los cuidadores, sin embargo demuestra
insatisfacción proyectando su frustración en el cuidador haciéndolo
sentir que no es "suficiente" el cuidado recibido.
Experimentan angustia de ser rechazados por lo tedioso que puede ser
el esfuerzo en su cuidado en tiempo y dinero. Igualmente sienten
miedo al abandono de sus seres queridos por ver el debilitamiento de
su cuerpo, junto con el deterioro de su vida social. Pueden terminar
pesimistas frente al tratamiento y recomendaciones del profesional de
la salud mostrando desinterés en esforzarse al creer que de nada
servirá.
Es
compleja la situación que conlleva la enfermedad tanto para el
enfermo como para el cuidador. Ambas partes requieren de compresión
y apoyo integral; en el caso del enfermo por su estado de
vulnerabilidad, y el cuidador por ser quien contiene y en quien
recae el resolver por el enfermo sus necesidades y responsabilidades
además de lidiar con su propia vida. Debe existir también entre la
relación de enfermo y cuidador cooperación para equilibrar las
cargas de lo que implica en cada uno la situación, dando lugar a un
dialogo realista, claro y sincero frente a las necesidades que cada
uno tiene para poder mantener una buena relación.
El
enfermo debe alejarse de la manipulación como mecanismo para obtener
atención y beneficios a través de la lastima, fortaleciendo otro
tipo de estrategias personales para relacionarse manteniendo su
dignidad, dejar el drama que exagera síntomas para no abusar de la
buena voluntad de los otros que finalmente se dan cuenta que no es
cierto. Demostrar valoración ciñéndose al tratamiento para
recuperar poco a poco la independencia y que aportará a su bienestar
aliviando cargas. Hay que valorar el tiempo para procurarse la mejor
calidad de vida posible.
"La
enfermedad que sobreviene al convaleciente es más peligrosa."
Séneca
Genial Caro! tu mami me ha hablado de tus escritos y no sólo tienen el fundamento de lo que Dios te ha dado y tus estudios, sino que lo escribes de muy buena manera...
ResponderEliminarClaudia muchas gracias, qué alegría encontrar tu mensaje tan cariñoso y motivador.
EliminarAmiga como todos....me encantó....me encanta leerte. Gracias por compartirmelos.
EliminarQué afortunada soy al tener tu amistad, gracias amiga por el valor que le das a mis esfuerzos, Dios me bendice al poner en mi vida personas tan especiales qué inspiran cómo tu. Te quiero mucho.
ResponderEliminar