Las
diferencias están presentes con la finalidad de darnos el carácter
de Únicos. No obstante a pesar de tener este gran privilegio de ser
particulares e irrepetibles es evidente que hay una tendencia de
quererse ver igual que otros. Querer ser algo diferente de lo que
somos nos ciega ante nuestras posibilidades y nos introduce a la
frustración de vivir en la comparación. Pero siendo diferentes
contamos con semejanzas: la de tener dignidad, mismos derechos y
deberes en nuestra sociedad.
Alejarnos
de lo que somos como persona por querer ser como otros no permite
descubrir las potencialidades y a la vez no permite cumplir el
propósito de nuestra vida. Nadie tiene iguales percepciones,
pensamientos y sentimientos. Incluso participando de un mismo hecho
las respuestas y conductas son diferentes en cada uno. Estas
diferencias tienen una razón y es la de que podamos aprender los
unos de los otros, ya que no somos competencia somos complemento.
Cada
persona tiene sus virtudes y defectos, tenemos la posibilidad de
sobresalir en cosas diferentes. Es por eso que las comparaciones no
tienen sentido. No podemos comparar una rosa y un clavel cada una
destaca por sus atributos particulares siendo ambas flores. Cuando
nos comparamos estamos poniendo en peligro nuestro amor propio y nos
estamos auto-engañando, rechazando o menospreciando lo maravilloso
que hay en cada uno.
Hay
casos donde se sufre el ser comparado por ejemplo: cuando los padres
tienen preferencias o comparan sus hijos con otros niños y exigen
que sean como ellos. Esto tiene un efecto muy negativo en quien lo
padece, crece creyéndose inferior, incapaz e inseguro entre otros
problemas.
Cualquier
fracaso que podamos sufrir en la vida, lo podemos convertir en un
pequeño éxito si seguimos el camino adecuado. Sigue caminando.
Michelangelo Saez.
Hay
que comenzar a sanar esas heridas que existen en nuestras relaciones,
detectándolas y hacer una diferenciación de los errores, pero no
desde el reproche que mantiene los mismos malestares en un circulo
vicioso. Hay que reconocer el error para no seguirse asumiendo a
través de el. Al revisar las opiniones que tenemos sobre nosotros y
fundamentarlas, diferenciando cuales de ellas no nos pertenecen por
ser opiniones de otras personas para descartarlas. Otra actitud que
ayuda al proceso es ver a los otros como un referente inspirador no
para copiar, así mismo es necesario dedicarse tiempo para
identificar virtudes, sin dejar de trabajar en reconocer las
debilidades para volverlas experiencias que fortalecen, el
psicólogo Abraham Maslow en una frase reconoce el gran
esfuerzo que implica el descubrirse a si mismo, dijo: "No
es normal saber lo que queremos, es un extraño y difícil logro
psicológico". Personalmente quisiera mencionar que la
gran diferencia la hará el comenzar a vernos desde la perspectiva
con la que Dios nos ve, en ella no tenemos comparación por que
El nos hizo como nos necesita.
No
hay Judío, ni Griego, no hay siervo, ni libre, no hay varón, ni
hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. Gálatas
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