La mujer del siglo 21 es independiente, tiene estudios y se desempeña profesionalmente, se desenvuelve en diferentes roles y espacios. Uno de los grandes desafíos que tenemos que enfrentar actualmente, es el tener que aprender a manejar el estrés, la angustia y la presión social de tener que ser perfectas.
Hay factores internos, como rasgos en la personalidad de tipo obsesivas que pueden deberse a la genética, la crianza y lo social. Crecer con el afecto condicionado, lleva a que la persona busque por medio de la aprobación sentirse amada. Otro rasgo de la personalidad obsesiva es tratar de compensar falencias que se cree tener con una excesiva devoción al trabajo, les cuesta deshacerse de cosas y objetos innecesarios, se muestran inflexibles no creen en otras perspectivas de la vida, no sienten deseo por demostrar afecto y constantemente están preocupadas por cumplir con extremo detalle cada tarea.
Este estado mental conlleva a una absurda exigencia personal, haciéndose híper-responsables, perfeccionistas y quisquillosas. El control, el orden, el cumplimiento y la competitividad son los argumentos con los que juzgan el logro consigo misma y los demás. No poder confiar en nadie, ni creer en sus capacidades para delegarles deberes, hace que se llenen de cargas que las mantiene de mal humor y agobiadas. Es un indicador para reflexionar el hecho de que nadie responda a la medida de auto-exigencia que nos imponemos, puede ser un buen ejercicio empezar por preguntarnos: por qué? y qué? queremos demostrar con lo que hacemos, pensar si tanta presión es necesaria y cúales son las consecuencias de seguir ese ritmo de vida.
Este estado mental conlleva a una absurda exigencia personal, haciéndose híper-responsables, perfeccionistas y quisquillosas. El control, el orden, el cumplimiento y la competitividad son los argumentos con los que juzgan el logro consigo misma y los demás. No poder confiar en nadie, ni creer en sus capacidades para delegarles deberes, hace que se llenen de cargas que las mantiene de mal humor y agobiadas. Es un indicador para reflexionar el hecho de que nadie responda a la medida de auto-exigencia que nos imponemos, puede ser un buen ejercicio empezar por preguntarnos: por qué? y qué? queremos demostrar con lo que hacemos, pensar si tanta presión es necesaria y cúales son las consecuencias de seguir ese ritmo de vida.
Por medio de herramientas personales tales como: la asertividad, que es una habilidad social y comunicativa intermedia entre la pasividad y la agresividad se consigue entablar límites claros en nuestra manera de relacionarnos, se aprende a decir no o es suficiente, sin sentirse culpable. La persona deja de comportarse para cumplir las expectativas de los demás para tener convicción.
Las consecuencias físicas y psicológicas son síntomas psicosomáticos: alteración del sueño, colon irritable, úlceras, afecciones de la piel, caída de pelo, entre otras. La persona no es consciente y no ve exagerada la carga que se impone, cree que cumplir con tantos deberes es lo más lógico. También puede sentirse angustia que puede ocasionar crisis de pánico o síntomas depresivos.
Las consecuencias físicas y psicológicas son síntomas psicosomáticos: alteración del sueño, colon irritable, úlceras, afecciones de la piel, caída de pelo, entre otras. La persona no es consciente y no ve exagerada la carga que se impone, cree que cumplir con tantos deberes es lo más lógico. También puede sentirse angustia que puede ocasionar crisis de pánico o síntomas depresivos.
Aparentemente hoy vivimos "mejor" que en otros tiempos, pero todavía no podemos hablar de que exista la igualdad real entre el hombre y la mujer. La lucha de la mujer por ganar un espacio en lo público, le ha costado lo privado, afirma Sara Moreno, profesora adjunta de la Universidad Autónoma de Barcelona y especialista en sociología de género y vida cotidiana. Todavía según la socióloga, en la convivencia se espera de la mujer que el cuidado y atención de los hijos y de las tareas de casa sea su responsabilidad, además de todo. La mujer a pesar de sus esfuerzos por ser independiente, sigue respondiendo como si la casa y la familia dependieran de ella únicamente, aunque cuenten con parejas que comparten y participan por igual en las responsabilidades de formar un hogar.
Todos tenemos los mismos derechos y obligaciones, pero a las mujeres se nos exige socialmente más, tenemos que ser buenas en todo y a la vez tenemos que vernos "bien". La mujer hoy experimenta la dificultad para ubicarse en el presente ya que su mente se debate entre las responsabilidades, tiene que dejar organizado y preparado lo de todos, no sólo está pendiente de las necesidades del momento sino que además intenta prever posibles problemas y eventos antes de salir. Nos sometemos a todo esto, para sobrellevar la culpa de no estar; es así como abusamos de nuestra gran capacidad de trabajo y de nosotras mismas.
El heroísmo al igual que el éxito se ha convertido en un deber, son estereotipos sociales con planteamientos superficiales que nos explotan, encasillan y limitan nuestra libertad para decidir realmente lo que queremos ser y sentirnos satisfechas al hacerlo. Necesitamos encontrar la fórmula personal de equilibrio y votar definitivamente el patrón estándar que nos tiene bajo tanta presión.
"La mujer, tal como es, es un individuo completo: la transformación no debe producirse en ella, sino en cómo ella se ve dentro del universo y en cómo la ven los otros". (Carla Lonzi)
Amadisima Carol, tu, yo... somos productos de esse mismo "establishment"... hacen unos dias hice un comentario " ... lo chistoso en mi es poder reirme de mi" . Quiero decir con esto que, aun sea perfeccionista hay que tener una parte chistosa que se deve producir de adentro para fuera.... quizas eso me resguarde y me proteja del mal humor.... será??? muy interesante tus escritos, besos
ResponderEliminarGracias Ana, me alegra mucho que los disfrutes.
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