Que sucede si te pregunto cuál es tu comida favorita? seguramente al instante no solo recuerdas lo mucho que te gusta cierta comida, recuerdas un momento o incluso la persona que lo preparo para ti. La comida como ya sabemos tiene un efecto emocional por lo que puede representar en nuestra vida. Yo siento un gusto especial por los dulces y los pasteles porque encuentro en este sabor y aroma el recuerdo de mi abuela abriendo la esencia de vainilla que perfumaba toda la casa mientras hacia un pastel, entonces siento un poco de su presencia en ese dulce y pequeño instante, evoco la cuchara de palo recubierta de su amor y maravillosa preparación que siempre me daba para premiar mi paciencia.
La cocina es arte y una actividad terapéutica ya que ayuda a desarrollar habilidades personales que pueden ser muy útiles en otros espacios y situaciones que la vida nos presenta. Es una forma de expresión emocional que como otros ejercicios tales como la pintura, la música y la escritura son formas de canalizar emociones y fomentar la creatividad. Nuestros platos llevan un poco de nosotros por el tiempo, esfuerzo e inventiva que le dedicamos. También la presentación habla de nuestra personalidad y estado de ánimo del momento, así que no solo estamos compartiendo alimentos, estamos entregando una experiencia emocional.
Hay otras destrezas que son necesarias a la hora de cocinar como : la paciencia, porque de acuerdo al nivel de dificultad de cada receta exige que invirtamos y respetemos una serie de ingredientes que debemos recolectar y aplicarles unos procedimientos que llevan tiempo para poder tener el resultado esperado. También desarrollamos una conciencia sensorial, ya que al cocinar los sentidos juegan un papel fundamental para poder determinar que está bien o que hay que corregir algo hasta cumplir con la situación deseada.
La experiencia de aprendizaje se hace presente, igualmente es un conocimiento heredado ya sea de nuestras abuelas o madres cuando siendo niños por medio de la observación vamos captando el gusto por la actividad de cocinar, incorporamos nuevos sabores y vamos educando nuestro paladar, aprendemos como alimentarnos, como también aprendemos la elaboración de recetas.
La cocina, como lo mencione antes, nos aporta creatividad ya que para acercarnos al objetivo final necesitamos poner todo nuestro empeño, incluso en su presentación para que el plato además del aroma invite visualmente a ser degustado. Necesitamos adicionalmente orden y establecer unos pasos que nos conduzcan hacia la meta propuesta. Nuestra mente debe organizar las fases de la receta.
La resolución de problemas es otra estrategia ya que se debe analizar todas las posibilidades con las que contamos para atender imprevistos. La memoria igualmente es ejercitada, aprendemos sobre culturas, sabores, colores texturas, formas y el efecto de la temperatura en la preparación de ciertos platos.
La cocina nos brinda relajación, al ocuparnos en la tarea podemos abstraernos por un momento de las preocupaciones, nuestra atención se centra en una situación más satisfactoria proporcionándonos calma. Cocinar es un placer y un tónico relajante que nos aleja de los problemas diarios, nos brinda beneficios físicos y mentales. Nos permite recibir la alegría de compartir y disfrutar lo mejor de nosotros con nuestros seres queridos a través de una creación que los llenará con amor puro.
"A quien cuece y amasa todo se le pasa"
Jesús Ramírez Cabañas (Psicólogo, Autor de Cocino-terapia 2011)
bello, bello Carolina.... casi senti el aroma de vannilla!
ResponderEliminarHola Ana, se que este tema te mueve y te inspira. Gracias por estar aquí acompañándome.
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