Todo lo que puede evocar un aroma,
un sabor, un platillo determinado, la alimentación tiene un fuerte lazo con
nuestras emociones, hay reciprocidad entre el comer y cómo nos sentimos, ya que
también cómo nos sentimos comemos. Los alimentos no solo actúan en lo físico,
influyen en nuestra identidad. Dan a conocer aspectos sobre la
educación y la cultura de cada uno.
La alimentación es un acto de
amor de auto-cuidado, también es social, es una forma de dar y recibir afecto
al proveerla, prepararla, servirla y compartirla. Es una forma simple de
felicidad de satisfacción biológica y espiritual que se traduce en una
satisfacción psicológica. Es por eso que la forma en que lo hacemos
ofrece información sobre nuestra salud en general.
Hay que hacer una
diferenciación en el momento de comer: Entre hacerlo por gusto o pensando en la
salud. Ningún extremo es bueno con la alimentación es igual, debe existir un
equilíbrio que nos permita disfrutar de ella, alimentarnos correctamente y
cuidarnos. Cuando se come queriendo satisfacer el paladar, nuestra conducta
está dirigida a la búsqueda únicamente del placer como en las adicciones.
Esta búsqueda de placer tiene
que ver con las emociones, donde la dopamina juega un papel muy importante, es
un mensajero químico de nuestro cerebro, que regula la motivación, el
deseo y hace que repitamos conductas que nos han proporcionado placer. Es
liberada tanto en estímulos agradables como desagradables haciendo que los
repitamos o los evitemos si el resultado es desagradable, por esta razón
juega un papel importante en el aprendizaje e incluso en la personalidad de
acuerdo a sus niveles de concentración, según investigadores en Berlin
detectaron que los niveles bajos predominaban en personas tranquilas y
confiadas en si mismas y las altas en personas miedosas con tendencia al
estrés.
La dopamina afecta incluso la
creatividad; además la falta de ella se asocia a problemas de socialización por
ejemplo ansiedad social, apatía, anhedonia dificultad para experimentar
placer.Si por el contrario hay niveles elevados se asocia a conductas de
hiperactivación, hipersexualidad, hipersocialización.
Otros estudios han demostrado
una relación de la falta de dopamina con el sobrepeso, debido a que al tener
menos concentración de dopamina provoca el tener que comer más para obtener el
mismo placer.
Para mantener un nivel
saludable de dopamina se recomienda dormir bien por lo menos 7 horas
diarias, practicar ejercicio moderado y una alimentación rica en antioxidantes
(Betacarotenos, Vitamina C y Vitamina E) Evitar grasas saturadas, alimentos
pre-cocinados, azúcares, harina blanca y la cafeína.
Muchas personas a pesar de
conocer la forma correcta de comer no logran hacer un cambio, por alteraciones
en su estado anímico y no logran tomar la decisión o mantener el esfuerzo
correcto.Estados como el estrés, la ansiedad o depresión influyen en nuestra conducta
alimenticia, tendemos a los alimentos con alto contenido calórico buscando
calmarnos por medio del placer que producen en nuestro paladar, pero al final
no contribuyen a una solución y mejoría a largo plazo, por el contrario los
incrementan. Sin embargo una elección adecuada de los alimentos, puede
contribuir a aliviar nuestro desequilibrio físico y alimentarnos
emocionalmente.
Hay muchos alimentos que
tienen un aminoácido que no produce nuestro cuerpo, llamado triptofano que
promueve la liberación de serotonina, un neurotrasmisor que tiene un efecto
tranquilizador, cuando los niveles de este son bajos se asocia a conductas
obsesivas compulsivas como también a la depresión.
Alimentos como los cereales:
Trigo, avena, maíz centeno. El chocolate oscuro, los huevos, el pescado, la
soja, el tofu, el queso, la leche, el pollo, el pavo. Los frutos secos como los
pistachos, castañas, almendras son alimentos ricos en triptofano. Existen dos
frutas en concreto cuya composición en triptófano es mayor: la piña y el
banano, también denominadas frutas de la felicidad. Entre las verduras están
los garbanzos, espárragos o las espinacas con una buena concentración de este
aminoácido. A través de una adecuada planeación podemos ayudarle a
nuestro cuerpo a corregir los bajos niveles de serotonina y notar una mejor
disposición anímica.
Otro aspecto que hace
presión, es la sobre valoración que se hace de la belleza exterior
estableciendo ideales, lo que tiene sus efectos en la mente de todos,
pero en especial en la población más vulnerable que no cuenta con los recursos
psicológicos para hacerle frente.
Conocemos por medio de
imágenes o casos, lo difíciles que son las enfermedades de la conducta
alimentaria entre ellas: la anorexia y bulimia, así mismo sus consecuencias.
Pero necesitamos entender que no se trata simplemente de bajar de peso o
subirlo, que hay en su interior algo mucho más complejo involucrado
en el proceso una parte personal y otra donde todos hacemos parte con nuestra
actitud.
Es también importante
reflexionar y darnos cuenta, sobre lo que dice de nuestra salud y
bienestar nuestra alimentación.
Nuestra comida debería ser nuestra
medicina y nuestra medicina debería ser nuestra comida. Hippocrates
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