Últimamente
nos hemos sensibilizado con el término
bullying, debido a sus efectos y consecuencias tanto en niños como en
adolescentes durante su etapa escolar; sin embargo esta actitud continúa y se traslada a la etapa laboral, en
el ámbito de las organizaciones. El científico sueco Heinz Leymann investigó el
fenómeno en la década de 1980, y fue quien utilizó por primera vez el término
mobbing para referirse al problema. Mobbing es la acción de un hostigador u
hostigadores que intentan producir miedo o terror en el trabajador afectándolo
en su lugar de trabajo, a través de actitudes o acciones hostiles por parte de
compañeros, subalternos o superiores durante un tiempo prolongado incluso años.
La gran diferencia entre el bullying y el mobbing es que en el primero está presente el maltrato físico, mientras que en el otro los acosadores se basan en estrategias sutiles de tipo psicológica para confundir haciendo ver a la víctima como una persona incompetente o problemática sin dejar una prueba contundente que demuestre la agresión. Las consecuencias de este acoso puede convertirse en enfermedad derivada del trabajo y obligar al afectado a la renuncia. La persona normalmente suele darse cuenta que ha sido víctima de mobbing cuando ha abandonado la empresa y tomado distancia de ella, ya que la persona vuelve a descubrir sus capacidades y habilidades lejos del ambiente de desaprobación y burla . Estas situaciones suelen presentarse debido a la presión por la competitividad, pensando que beneficiarán a la productividad de la empresa, pero los efectos de dicha presión puede desencadenar desconfianza y envidia entre compañeros por el que destaca o también en jefes que se ven superados por las destrezas de otros que los pone en evidencia y así estas personas se convierten en objetivos del mobbing.
La gran diferencia entre el bullying y el mobbing es que en el primero está presente el maltrato físico, mientras que en el otro los acosadores se basan en estrategias sutiles de tipo psicológica para confundir haciendo ver a la víctima como una persona incompetente o problemática sin dejar una prueba contundente que demuestre la agresión. Las consecuencias de este acoso puede convertirse en enfermedad derivada del trabajo y obligar al afectado a la renuncia. La persona normalmente suele darse cuenta que ha sido víctima de mobbing cuando ha abandonado la empresa y tomado distancia de ella, ya que la persona vuelve a descubrir sus capacidades y habilidades lejos del ambiente de desaprobación y burla . Estas situaciones suelen presentarse debido a la presión por la competitividad, pensando que beneficiarán a la productividad de la empresa, pero los efectos de dicha presión puede desencadenar desconfianza y envidia entre compañeros por el que destaca o también en jefes que se ven superados por las destrezas de otros que los pone en evidencia y así estas personas se convierten en objetivos del mobbing.
Pero
tales consecuencias no afecta solo a la víctima sino también a la organización,
debido a que pierde en su productividad por falta de personal y reducción de
ingresos por el poco rendimiento debido al ausentismo por bajas médicas,
igualmente el clima laboral se torna negativo provocando que los empleados no
se identifiquen con la empresa y busquen mejores opciones, lo que para la empresa
significa mayor rotación de personal, gastos en búsqueda de nuevo personal,
contratación y formación.
El
trabajador cuando vive acoso trabaja menos ya sea por no poder o por que no se
lo permiten y esto afecta su producción en la empresa. Otro aspecto importante
es la tasa de accidentes, se incrementa debido a los altos niveles de ansiedad
que afecta la concentración y la atención. Finalmente todo lo anterior hace que
la empresa tenga una mala imagen, si sus empleados viven acoso producirán
menos, dichos productos serán de mala calidad ya que todo el proceso de
producción se ve afectado por la tensión y acoso en el clima laboral, lo que
para la empresa representa la perdida de prestigio y clientes. Cuando el acoso
se viene presentando desde los altos cargos esto terminará por quedar en
evidencia, lo que le costará a la empresa un daño permanente de su imagen.
La
empresa debe frenar el mobbing debido a
que se produce en el lugar de trabajo, aunque sus repercusiones también afectan
lo personal y a la salud de quien lo padece, para detectar el mobbing la
empresa tiene que promover su denuncia y educar a los empleados para que no se
de o detenerlo antes de que avance en sus consecuencias.
La gente que se ama a si misma no hace daño a otra gente. Cuando más nos odiamos a nosotros mismos, más queremos que otros sufran.-Dan Pearce.
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