Estudiar los efectos del maltrato nos sirve para: poder ejercer funciones terapéuticas y para reforzar la argumentación que permita erradicar esas erróneas concepciones de que “la letra con sangre entra”. La violencia no solo daña el cuerpo del niño, afecta su autoestima, su voluntad y el vínculo que tiene con sus padres que afectara posteriormente sus relaciones en su entorno.
Al abusar como padres de nuestra autoridad lo que estamos enseñando a nuestros hijos es a ser violentos, a utilizar la violencia cuando algo no se ajusta a nuestro criterio como deseable. También enseñamos a usar la violencia con los más débiles o con los que dependen de nosotros y con los que amamos. Esta es la base en la que se construye la violencia familiar, la violencia de género y la violencia en general.
La falta de respeto por el otro es la consecuencia de los malos tratos en la crianza, en la cual se asume al niño como un objeto de propiedad exclusiva. Renunciar a los golpes y abusos no significa renunciar a la autoridad, sin embargo debemos reflexionar sobre el tipo de autoridad que como padres debemos ejercer, para que su acción sea positiva. Hay una gran diferencia entre la autoridad y el autoritarismo, en una se busca guiar y dirigir a alguien a lograr su propio bien y en la otra hay una manipulación de la persona pero no para su beneficio sino el del autoritario.
Tener una buena comunicación es fundamental porque debemos lograr transmitir que hay una preocupación y un interés genuino por la persona, para que ella comprenda que ser corregido le servirá a futuro en su vida y no simplemente obligarlo a que se acomode a un capricho personal. Los niños no saben lo que está bien o está mal, los padres son el ejemplo y la guía, hay que tener presente que estamos dirigiendo a una persona que tiene inteligencia y vida propia, que necesita desarrollar su pensamiento para poder tomar sus propias decisiones más adelante, siendo autónomos y responsables.
Poner límites es necesario, lo que significa que habrá que decirles que no en algún momento, pero cuando se dice no todo el tiempo sin justificación hará que aplace y esconda sus necesidades para complacer a otros desarrollando pobreza afectiva.
Hay que enseñar a razonar más que sólo poner límites y los límites también son para nosotros como padres, para no hacer cosas indebidas con los hijos. Nuestro ejemplo es más importante, porque por medio de él estamos enviando un mensaje claro y directo para el niño.
El principio de la educación es predicar con el ejemplo.
Anne Robert Jacques Turgot
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ResponderEliminarNuestro ejemplo es más importante, porque por medio de él estamos enviando un mensaje claro y directo para el niño.