Un ataque de pánico es un proceso físico que alcanza un punto máximo y luego se disuelve, produciendo sensaciones dolorosas y angustiosas. Se debe a que "algo" activó una respuesta del instinto de supervivencia equivocadamente, y de repente el cerebro cree que estás en una situación de vida o muerte pero en realidad no es así. Todo esto es el resultado de una falla para identificar y procesar mentalmente las amenazas.
Los ataques de pánico hacen parte del trastorno de ansiedad y pueden vincularse a situaciones de mucho estrés y las transcisiones.
Estos episodios de pánico suelen confundirse con ataques al corazón debido al dolor, las palpitaciones y la dificultad para respirar que en algunos se presenta, sin embargo en todos no es igual, he tenido pacientes quienes refieren sentir hormigueos en el cuerpo, sudoración, entumecimiento de extremidades y mareo. Durante estos ataques la mente puede ser bombardeada con pensamientos aterradores sobre enfermedad, catástrofes o calamidades como perder el empleo, entre otras; situación que se vuelve recurrente en el momento en que la mente considera que hay una amenaza.
Para comenzar a superarlos necesitas tener asumido que por muy fuertes e incómodos que lleguen a ser estos ataques no te matarán. Otro aspecto de estos es que son breves y que pasarán por lo menos después de 10 minutos, tiempo en el que será fundamental que tu mismo te reconfortes con palabras como "estoy bien, no estoy en peligro, estoy seguro". También ayuda hacer respiraciones poco profundas y conscientes lentamente, además puede servir cerrar los ojos para minimizar los estímulos y sentarte mientras pasa. Aprender a relajarse y tranquilizarse le proporcionará a la mente elementos para dejar progresivamente esta reacción porque finalmente comprenderá que es una falsa alarma.
La ansiedad representa la anticipación retorcida del futuro en el presente, por lo que es recomendable implementar algún estimulo que te ubique en el presente y distraiga tu mente de los pensamientos negativos, busca algo que puedes tocar, oler, sentir y ver que te permita traerte al aquí y ahora.
La respiración es clave, investigadores de las universidades de Stanford y Southern Methodist desarrollaron el método CART (entrenamiento respiratorio asistido por la capnografía), que utiliza respiraciones poco profundas y consistentes. Se replanteo la forma de respirar durante estos episodios porque la respiración profunda ha demostrado ser un ejercicio equivocado durante un ataque de pánico ya que lo puede empeorar porque es difícil respirar profundamente en el momento y puede causar que la persona expulse demasiado dióxido de carbono, provocando síntomas como mareos y entumecimiento, reforzando así la falta de aire. No te aísles ni dejes de hacer tus actividades normales, eso puede reforzar la creencia errónea de peligro. La ansiedad desaparece si no huimos de ella, sólo necesitas aprender a calmarte a ti mismo y ajustar tus pensamientos con la realidad viviendo el ahora.
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