El significado de estas palabras pueden variar en cada persona y para algunos incluso sonarían incompatibles, pero hoy quiero proponerles la perspectiva de verlas como complementarias y necesarias para una buena relación de pareja.
Todas las decisiones que tomamos en la vida implican renuncias a otras opciones dentro de las posibilidades que tenemos para elegir; en el caso del amor, decidimos compartir y proyectarnos la vida en la compañía de una persona, la cual debe reunir unos atributos y corresponder al sentimiento; así mismo, hay unas condiciones internas que dirigen la elección como nuestra autoestima, afinidades, gustos e intereses. Con los años el permanecer en la decisión dependerá igualmente de ambos pero con unas razones más realistas, basados en la experiencia y en la relación que han construido.
La vida en pareja es dar y recibir; la importancia que tiene ese intercambio es el resultado de la manera en la que se construye y lo que promueve en cada uno para beneficio de ambos. Pero si alguno se detiene con melancolía a enumerar lo que ha perdido por esta decisión se auto engañó y no fue amor lo que lo llevo a ella.
Desde la psicología, la libertad tiene que ver con el autodominio, ser capaces de gobernarnos pudiendo hacer lo que deseamos, aunque tengamos que renunciar a cosas más llamativas; esto implica tener juicio crítico, control de impulsos; otra herramienta del hombre libre es la voluntad: es la que le permite dejar de depender de ciertas necesidades para poder avanzar a condiciones mejores pero que implican renuncias.
Una relación sana de pareja debe ayudar e incentivar la lucha por alcanzar las metas individuales, pero incluyendo el bienestar común; la pareja puede aportar una motivación poderosa para conseguir objetivos y luchar por lo que se quiere; creer que por amor se debe renunciar a las metas es un error; por el contrario, cuando se opta por vivir en pareja, es porque se ha encontrado en la relación una fuerza que estando solos no podrían lograr. Haciendo uso de la libertad han encontrado otra razón para seguir esforzándose individualmente pero ahora contando con el apoyo de la otra persona con la que se construirán objetivos comunes por los que han elegido estar mejor unidos que solos.
La vida en pareja se aleja del egoísmo e implica asumir riesgos y afrontar ciertos miedos. Quizás el mayor de ellos sea al miedo al compromiso, porque, además de la exigencia de la fidelidad, requiere del esfuerzo para construir una intimidad con entrega, lealtad, justicia, compasión y consideración, en la que se valoren recíprocamente los esfuerzos para mantener estos beneficios.
Hay personas que huyen de las relaciones por miedo al compromiso, creyendo que así están defendiendo su libertad y van de relación en relación y nunca encuentran la persona perfecta, pero lo único que hay detrás de la libertad que creen mantener es una falta de madurez; esto es muy distinto a la persona que decide estar sola porque así lo prefiere siendo clara y responsable con su posición, esta decisión también es compleja y exige aptitudes de la persona.
Otro miedo que se enfrenta en la vida de pareja, es el miedo a la traición, el miedo no puede ser la base de ninguna relación, ya que esto no genera ningún tipo de bienestar, la persona que actúa en la relación bajo la influencia de este temor, convierte a la otra persona en posesión llenándola de exigencias, se vuelve egoísta y se pierde la finalidad de estar juntos. En este caso la libertad de ambos se ve atrapada por la situación de los celos y esto no permite que el amor se desarrolle ni que se fortalezca en la pareja.
También el miedo a dejar de ser uno mismo se puede sentir, pero pensar que por estar juntos les impedirá ser, puede que no les deje apreciar el gran favor que hay de tener una persona con la que puede compartir su vida, porque el aporte que puede encontrar con la presencia de la pareja puede impulsarle incluso a ser mejor para sí mismo.
Es importante saber que la libertad no se ha perdido, cuando se tienen claras las razones por las que se ha tomado una decisión, como también porque se mantiene. Ser libre no es la definición simple de hacer lo que yo quiera, a la hora que quiera y cuando quiera, porque eso sencillamente es una forma de asumir su vida que únicamente demuestra que vivir en pareja no sería la opción ideal en ese caso; la libertad es un bien por alcanzar ya que somos limitados por nuestra propia naturaleza, decidimos que hacer sobre un campo restringido de posibilidades, ya que algunas alternativas pueden ser inaccesibles y también porque se hace bajo la influencia de factores internos como nuestros intereses y otros que hacen parte de las circunstancias, por lo tanto alcanzar la libertad es una lucha constante para todos pero que puede ser buscada en pareja si es lo que deseamos.
Ser libre es saber administrar la vida, conforme a las metas trazadas, siendo responsable de las elecciones, que se han privilegiado para dejar de lado otras alternativas, que no promueven una felicidad constructiva. Por eso si vivir en pareja es una opción en su vida, comprométase a dar lo mejor y continúe esforzándose por superarse para ampliar su rango de posibilidades que le confirmarán que no depende, sino que ama, siempre conservará su criterio de elección como también su voluntad y si estas lo han llevado a emprender esta experiencia, deben ser ambos libremente quienes escogen día a día convivir, trabajando para juntos construir una relación fundamentada en el amor, respeto y dignidad que los haga sentir cada vez más libres y plenos en la noble y valiente decisión de ser pareja.
1 Corintios 10:23-26Reina-Valera Antigua (RVA)
23 Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica.
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