Como un prisma de colores un romance se nos revela en cada primavera, el sol ha soltado su dorada cabellera, que peina y extiende sobre el cuarzo azul del firmamento. El sol está enamorado, por eso reparte sus besos que ti ñ en de rosa la piel. Y yo también me rindo ante tal belleza del amor que él profesa y encandila la mirada. La tierra ansia abrazar al sol, estirando sus verdes brazos al cielo y los adorna con nidos y pájaros, ardillas, grillitos, abejas, flores henchidas de perfumes y néctares que le ofrece a su amado, quien paciente y delicado la despierta con sus cálidas caricias, avivandola lentamente del sue ñ o que ya debe abandonar para incorporarse en una nueva y majestuosa realidad que juntos una vez más recrearán. -C.M