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Escucha las emociones negativas

“Los malos días no existen, solo tomamos un mal momento y elegimos llevarlo durante todo el día.” 
Transitar por todas nuestras emociones es algo natural, al reconocerlas estamos siendo honestos con nosotros mismos y al mismo tiempo estamos proporcionándonos salud mental; no podemos evadir lo que sentimos, eso no brinda soluciones, solo aplaza necesidades manteniendo síntomas y conductas evitativas que incrementan la angustia. 

Una forma de atender los sentimientos negativos es hablar sobre ellos, pero en ocasiones no se cuenta con alguien para hablar al instante.
En esos momentos, la oración puede ser la solución para acercarnos a nuestro interior, para entenderlo y estrechar la relación con Dios, confiar en que Él puede ayudar a transformar eso negativo que nos pasa, en crecimiento personal. La oración es hablarle a Dios con la esperanza de que habrá una respuesta, modificando las circunstancias para que nos favorezcan después de todo.

Poner voz a los sentimientos como ira, miedo, ansiedad, vergüenza y tristeza permite escuchar el verdadero impacto de éstos en nuestro pensamiento, dejar que se manifiesten sin negarlos, nos permite darnos cuenta de nuestra necesidad real y asumir la responsabilidad, se debe diferenciar a la emoción, como la respuesta desencadenada de una situación particular, no permitiendo que ésta termine por contaminar toda la experiencia del día o que se instale como  una constante forma de apreciación de las vivencias.

No tener el control de todo, no es debilidad; el bienestar no proviene de tener el control, se trata más de estar consciente de lo que pasa, internamente y al alrededor; esta actitud nos convierte en figuras activas de nuestra vida; no perdernos de nada, vivir intensamente cada instante sin estar divididos en el pasado que no se puede cambiar y el futuro que aún no llega; debemos ubicarnos en el –aquí y ahora- es donde podemos hacer ajustes y cambios. Las pérdidas también hacen parte del proceso de aprender, pero esas pérdidas pueden ser una ganancia finalmente, dependiendo cómo se asuman, lo importante es direccionar el pensamiento con que relacionamos las situaciones que la vida nos presenta, que sean ideas lógicas no irracionales, que no corresponden con la realidad de los hechos, las actitudes de los demás son un simple reflejo de ellos mismos, no podemos entregarle a nadie el poder de definirnos, en cada uno está el conocimiento de lo que somos y valemos, no nos enredemos con carencias ajenas.

Las emociones son nuestra voz interior. Entender esto permite que seamos tolerantes ante sus manifestaciones  y avanzar en nuestra capacidad de adaptación; hay que encontrarle un sentido productivo a lo que nos pasa y  reconocer los propios méritos en la superación de las dificultades incrementando la autoestima y el servicio.

Asumir la responsabilidad de los sentimientos hace una gran diferencia en el afrontamiento de situaciones que nos retan, también pensar positivo, hace que se pueda encontrar en uno mismo, las condiciones para sentirnos mejor y depender menos de apoyos externos; hay que confiar en sí mismo; Dios nos ha dotado de talentos y capacidades especiales que debemos descubrir y poner en práctica, hay un propósito detrás, que nos prepara para un beneficio futuro, que podremos alcanzar gracias a estos aprendizajes, hay un mensaje y una enseñanza, en cada desafío que la vida nos presenta, que nos va a modificar para hacernos más fuertes, abonará el espíritu para que sea un terreno fértil.


"Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces." Jeremías 33:3

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