Narciso es el símbolo de nuestro tiempo: Admiración excesiva y exagerada que siente una persona por sí misma, por su aspecto físico o por sus dotes o cualidades; tendencia que busca evadir el desencanto que la realidad le ofrece, creyendo lograrlo a través de concentrarse en sí mismo, pero en una forma superficial. Es una ruta de escape, aparentemente benéfica, pero que no logra soluciones eficientes a la necesidad real; simplemente consigue una existencia llevadera distraída de los asuntos que no ofrecen entretenimiento o divierten, pero también con una intención de presentar una buena versión editada de sus vidas y todo esto es posible apoyados en los medios de comunicación que ofrecen todas las posibilidades para alcanzar dicho cometido. El ambiente se desliza en una indiferencia relajada, es una era obsesionada con la información y la expresión, pero desde una comunicación sin interlocutor porque ahora es el emisor el principal receptor, tal como lo indica Gilles Li